Ambiente |
Exterior |
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Iluminación |
Sol directo |
Riego |
Moderado |
Altura aproximada |
30 cm |
Maceta |
En envase de 3 litros; Maceta ideal a partir nº21 |
Aclaración |
Imagen referencial. La planta se encuentra en maceta de cultivo plastica |
Lavanda – M
$6.355
Descripción: ¿Te imaginás tener tu propia provence francesa en el corazón de Buenos Aires? Bueno, con la Lavanda eso es posible. Es una planta perenne que se destaca por sus flores de color púrpura intenso y su aroma increíblemente fragante. Es ideal para balcones, terrazas y jardines pequeños. En maceta se comporta muy bien y queda perfecta en borduras.
Riego: A la Lavanda no le gusta la humedad excesiva, así que con un riego moderado va a estar más que contenta. Asegurate de que el agua drene bien para evitar que sus raíces se pudran.
Ubicación: A la Lavanda le encanta tomar sol, así que buscale un lugar donde reciba luz directa la mayor parte del día.
Sustrato: Preferentemente suelto, arenoso y bien drenado. Le va muy bien el sustrato de jardín mezclado con arena de río.
Fertilización: Un abono orgánico una vez al año será suficiente. Si querés darle un extra de nutrientes, podés agregar un poco de compost en la superficie del sustrato.
FaitfulTip: Si querés disfrutar al máximo de su aroma, ubicála en un lugar de paso, cerca de una ventana o en la entrada de tu casa. Al rozarla, liberará su fragancia. Además, la lavanda atrae polinizadores como abejas y mariposas, así que estarías ayudando al ecosistema. Ah, y no te olvides de que es una planta que repele naturalmente a los mosquitos.
La lavanda llena el jardín o balcón de principios de verano con delicias sensoriales: hermosas flores de tono púrpura sobre un follaje que emana su fresco aroma en una tarde soleada. Cada parte de la planta está impregnada de aceite aromático. Cuanto más oscura sea la flor, más intenso será el aroma y el sabor en la cocina.
Luz: Recomendable ubicarla en un lugar soleado la mayor parte del día, con buena corriente de aire.
Riego: Aunque tolera la sequía, el calor y el viento, a la lavanda no le gusta el mal drenaje, el suelo encharcado o la alta humedad.
#FaitfulTip: Después de la floración, recortá las plantas unos centímetros para fomentar un nuevo crecimiento tupido y que se desarrolle otro brote de flores.