Interior
Exterior
Rotomoldeado
Cerámica
Fibrocemento
Barro
Plástico
Cemento premoldeado
Melamina
Cultivo
Muebles de jardin
Fragancias
| Ambiente |
Exterior, Interior |
|---|---|
| Iluminación |
Luz solar directa |
| Riego |
Moderado |
| Tamaño |
40 cm |
| Maceta |
En maceta de 15 cm, Maceta ideal a partir de 15 cm |
Santa rita enana – M
$6.720
Bougainvillea glabra ‘Nana’
Información adicional
DESCRIPCIÓN
Pequeña pero con una presencia que no pasa desapercibida, la Santa Rita Enana es la versión compacta de su pariente de mayor tamaño. Sus hojas brillantes y flores vibrantes en tonos que van desde el rosa al púrpura, hacen de esta planta un festín visual que alegra cualquier rincón.
Riego: La Zamioculca es tolerante a la sequía. Prefiere que su suelo se seque completamente entre riegos, así que asegúrate de no regarla en exceso.
Luz: Puede adaptarse a una amplia gama de condiciones de luz, desde luz baja hasta luz brillante e indirecta. Sin embargo, no le gusta la luz solar directa, que puede quemar sus hojas.
Sustrato: Prefiere un sustrato bien drenado. Una mezcla de tierra para macetas y perlita será ideal.
Fertilización: Durante la primavera y el verano, podes aplicar un fertilizante líquido de liberación lenta una vez al mes para fomentar su crecimiento.
Ambiente: Aunque puede adaptarse a diferentes condiciones ambientales, prefiere un ambiente cálido y seco.
FaitfulTip: Si las hojas de tu Zamioculca se vuelven amarillas, puede ser un signo de riego excesivo. Asegúrate de dejar que el suelo se seque completamente antes de regar de nuevo.
CUIDADOS
Riego: Es de esas plantas que no se llevan bien con el exceso de agua. Espera a que el sustrato esté seco antes de regar nuevamente, y evita encharcamientos. Durante el invierno, disminuye la frecuencia de riego.
Luz: La Santa Rita Enana disfruta de un buen baño de sol. Un lugar con luz directa, al menos durante unas horas al día, potenciará su floración.
Fertilización: Durante su época de crecimiento y floración, puede beneficiarse de un fertilizante equilibrado. Aplica una vez al mes en primavera y verano.
Sustrato: Opta por un sustrato bien drenado. Puede ser una mezcla para plantas de exterior o, incluso, para cactus, ya que favorece el drenaje.
FaitfulTip: La poda después de la floración no solo ayuda a darle forma sino que estimula una nueva floración. No tengas miedo de darle forma y promover un nuevo crecimiento.
La Santa Rita Enana es un testimonio vibrante de que las cosas bellas a veces vienen en paquetes pequeños. Su capacidad para iluminar y dar vida a espacios es inigualable. Elegante y resistente, es el toque de color que estabas buscando para tu espacio exterior o terraza. ¡Dejá que esta belleza compacta sea la protagonista!
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Descripción: ¿Te imaginás tener tu propia provence francesa en el corazón de Buenos Aires? Bueno, con la Lavanda eso es posible. Es una planta perenne que se destaca por sus flores de color púrpura intenso y su aroma increíblemente fragante. Es ideal para balcones, terrazas y jardines pequeños. En maceta se comporta muy bien y queda perfecta en borduras.
Riego: A la Lavanda no le gusta la humedad excesiva, así que con un riego moderado va a estar más que contenta. Asegurate de que el agua drene bien para evitar que sus raíces se pudran.
Ubicación: A la Lavanda le encanta tomar sol, así que buscale un lugar donde reciba luz directa la mayor parte del día.
Sustrato: Preferentemente suelto, arenoso y bien drenado. Le va muy bien el sustrato de jardín mezclado con arena de río.
Fertilización: Un abono orgánico una vez al año será suficiente. Si querés darle un extra de nutrientes, podés agregar un poco de compost en la superficie del sustrato.
FaitfulTip: Si querés disfrutar al máximo de su aroma, ubicála en un lugar de paso, cerca de una ventana o en la entrada de tu casa. Al rozarla, liberará su fragancia. Además, la lavanda atrae polinizadores como abejas y mariposas, así que estarías ayudando al ecosistema. Ah, y no te olvides de que es una planta que repele naturalmente a los mosquitos.
Riego: A la Lavanda no le gusta la humedad excesiva, así que con un riego moderado va a estar más que contenta. Asegurate de que el agua drene bien para evitar que sus raíces se pudran.
Ubicación: A la Lavanda le encanta tomar sol, así que buscale un lugar donde reciba luz directa la mayor parte del día.
Sustrato: Preferentemente suelto, arenoso y bien drenado. Le va muy bien el sustrato de jardín mezclado con arena de río.
Fertilización: Un abono orgánico una vez al año será suficiente. Si querés darle un extra de nutrientes, podés agregar un poco de compost en la superficie del sustrato.
FaitfulTip: Si querés disfrutar al máximo de su aroma, ubicála en un lugar de paso, cerca de una ventana o en la entrada de tu casa. Al rozarla, liberará su fragancia. Además, la lavanda atrae polinizadores como abejas y mariposas, así que estarías ayudando al ecosistema. Ah, y no te olvides de que es una planta que repele naturalmente a los mosquitos.
